¡Bienvenido a nuestra categoría dedicada a la Dieta! En este blog, encontrarás información valiosa y consejos prácticos para ayudarte a alcanzar tus metas de salud y bienestar a través de una alimentación balanceada.
¿Viajas mucho? ¿Tu trabajo implica esfuerzo físico? ¿Pasas el día en la oficina?
Es importante tener en cuenta estas preguntas, puesto que cada ritmo de vida requiere una dieta específica que mime el cuerpo como se merece. Con la llegada del otoño, la vuelta a la rutina es inexcusable y ese vaivén de horarios y obligaciones termina por hacer mella en la salud. Por eso, es aconsejable conocer qué dieta es más adecuada en función del tipo de trabajo que se realice.
Los especialistas dicen que debemos «apostar por ciertos nutrientes puede ayudarnos a regular nuestro organismo y prepararlo para una temporada laboral intensa. Así, el tipo de actividad diaria que llevemos a cabo en el entorno de trabajo debe definir el tipo de alimentos que debemos ingerir, así como la cantidad y los horarios más adecuados para estas prácticas nutricionales».
Las largas horas en la oficina implican esfuerzo mental, pero no físico, por lo que el organismo necesita alimentos de bajo aporte calórico pero que a su vez garanticen una nutrición adecuada.
Es importante tener una sensación de saciedad para evitar ingerir las llamadas «calorías vacías» que están presentes en la bollería industrial, el café o las bebidas azucaradas.
Los trabajadores que no realizan esfuerzo físico deben limitar la ingesta de hidratos de carbono, por lo que las mejores comidas son el arroz integral, los panes integrales o de semillas… Y además se debe procurar comer poco a media tarde y cenar ligero.
Trabajador activo
Los trabajos que implican actividad física requieren gran aporte calórico para cubrir las demandas de energía del organismo. Este tipo de empleos permite consumir una mayor cantidad de hidratos de carbono de asimilación media-alta, como pueden ser las patatas o la pasta.
Aquellos que además trabajen al aire libre deberán tener en cuenta la incidencia del sol. Para combatir sus efectos es recomendable consumir suficiente cantidad de líquidos, como agua, infusiones o caldos y, además, para favorecer el buen estado de la piel, ingerir carotenoides y vitamina A. Siguiendo este consejo, no pueden faltar en la despensa la calabaza, la zanahoria, la naranja, el boniato, los berros y las espinacas.
Trabajador viajero
Muchos trabajos implican viajar. La vida de un aeropuerto a otro también requiere una dieta especial, puesto que los continuos traslados ocasionan trastornos en el organismo que a menudo desembocan en estreñimiento.
Por eso este tipo de trabajador debe optar siempre por las opciones integrales, y allá donde vaya buscar lugares donde vendan fruta para consumirla como tentempié, a ser posible con la piel para aprovechar la fibra.
Los alimentos ’10’ para estas personas son la papaya, la alcachofa, el espárrago y el calabacín, ya que regulan el tránsito intestinal y ayudan a alcanzar el confort digestivo. Otro consejo importante es tener a mano siempre una botellita de agua, ya que el ajetreo hace que uno se olvide de ingerir líquidos. De esta forma, se evita el estreñimiento y se favorece el bienestar físico.
Otra herramienta básica del viajero habitual es un complemento natural bloqueador del las calorías. En los restaurantes no siempre existen opciones saludables y es fácil llevar una dieta nociva para el organismo. Este bloqueador ayuda a no absorber el exceso de calorías de la comida, por lo que se considera parte del kit básico de supervivencia del viajero.
Trabajador por turnos
Cambios constantes en la rutina, alteración del ciclo de sueño, vigilia, largas jornadas de trabajo… Son conceptos familiares para todo aquel que trabaja por turnos. Es vital que adapte las comidas a las horas de trabajo y tome tentempiés que le ayuden a continuar su jornada con energía.
Antes de ir al trabajo es fundamental hacer una buena comida. Con ella se conseguirá el aporte energético para desempeñar la labor, aunque no debe ser excesiva puesto que una digestión pesada afecta al humor, el rendimiento y la concentración.
En cuanto a los tentempiés, es muy recomendable escogerlos de antemano. Planificando cuáles serán los ‘snacks’ se evita consumir bollería industrial y otros alimentos poco saludables. Por tanto, en el ‘tupper’ deben llevar siempre fruta, yogures, nueces o un sandwich vegetal integral.
Una vez terminada la jornada, descansar bien es clave. Para favorecer el sueño, es positivo recurrir a alimentos con alto contenido en triptófano, como las legumbres, los frutos secos, los plátanos, la avena, la leche y las almendras, que ayudarán a disminuir los niveles de nerviosismo y controlar el ciclo de sueño.
Trabajador y estudiante
Compaginar el trabajo y el estudio no es tarea fácil. Llevar esta ‘doble vida’ supone un largo horario de esfuerzo físico y mental. Esta actividad tan fuerte puede acarrear altos niveles de estrés, afectar al sistema inmunológico, provocar cansancio y dañar el rendimiento.
En estos casos lo mejor es favorecer el descanso y el sueño para así restaurar el organismo. Una buena manera para conseguirlo es consumir vitaminas del grupo B, que se encuentran en legumbres, frutos secos o lácteos. Asimismo, NC Salud recomienda especialmente a estos trabajadores consumir alimentos que aporten omega3 como los pescados azules para facilitar el buen funcionamiento del sistema nervioso.
Fuente: http://www.elmundo.es/
Es tiempo de regalarse un cuerpo 10 con el verano mordiéndonos los talones, el interés por conseguir un cuerpo bonito y presentable para las sesiones de playa o piscina, ocupan gran parte de nuestro imaginario. ¿Será posible obtenerlo este verano de una vez por todas?
La respuesta está en nosotros mismos: querer es poder.
Con las claves que nos ofrece el Doctor Mato Ansorena, director de las prestigiosas Clínicas que llevan su nombre, ya no hay excusa que valga. Él, junto a su equipo de especialistas, ha elaborado un plan infalible para alcanzar el objetivo de conseguir un cuerpo bonito y saludable de forma fácil y asequible. ¡Sólo queda ponerse en marcha!
Las claves
- Algo tan sencillo como introducir un zumo de limón en ayunas cada mañana te ayudará a limpiar el organismo, generar más energía y acabar con la temida retención de líquidos.
- Cena proteínas. Cuando consumimos alimentos proteicos, nuestro cuerpo invierte mucho esfuerzo en digerirlos, gastando energía para ello. Mientras dormimos, nuestro cuerpo aún trabaja en la digestión de estas proteínas, cosa que no sucede con otro tipo de alimentos de más sencilla sintetización.
- ¿Un truco? Añade picante en las comidas. Esto ayuda a que tu metabolismo trabaje a mayor velocidad y se procese la grasa más rápido.
- Es importante limitar el consumo de sal en las comidas. Consumirla en exceso propensa la retención de líquidos y una tensión arterial alta. Lo aconsejable en estos casos es ir reduciendo la cantidad de sal paulatinamente, para que nuestro paladar vaya acostumbrándose y no suponga un cambio demasiado brusco.
- Hidrátate, tanto por fuera como por dentro. La hidratación es fundamental para conseguir una apariencia espléndida. Beber dos litros de agua diarios mejora nuestra piel notablemente. Si reforzamos esta costumbre con la aplicación de una buena crema hidratante, obtendremos un aspecto deslumbrante.
- Apuesta por ir a pie a todos sitios. Andar a buen ritmo es un hábito que acaba consumiendo más calorías de lo que la gente pudiera imaginar. Deja el coche aparcado a tres manzanas del trabajo, o bájate una parda antes de la usual, en caso de utilizar transporte público.
- Apúntate al running, si es que aún no has sucumbido. Además de los archiconocidos beneficios, se ha comprobado que también agudiza el oído, acaba con las migrañas, protege tu piel y ayuda a estimular el cartílago.
- Muévete como pez en el agua. Está en tu mano aprovechar el buen tiempo para nadar en la piscina o en el mar. Con la natación se tonifican los músculos de la espalda y de los brazos, y se ejercitan, así mismo, las piernas. Es uno de los deportes más completos, ¿Por qué no aprovechar la oportunidad que nos ofrece el buen tiempo para practicarlo?
- ¡Canta, ríe y baila! Con estas prácticas consumimos muchas calorías y además son signo de una vida feliz. El verano invita a ello: ¡lánzate!
- Reserva cinco minutos al día para relajarte, meditar o simplemente dejar la mente en blanco. Parece tan sencilla que se tiende a obviar esta recomendación, sin embargo, es una de las más importantes para conseguir cualquier objetivo que nos propongamos en la vida.
- Duerme suficiente. Lo de las ocho horas es difícil de conseguir, así que es mejor ser realistas e intentar prorrogar las horas de sueño lo máximo, dentro de las circunstancias de cada uno.
- No te olvides de respirar. La respiración debe ser profunda y consciente, inspirando aire por la nariz y espirando por la boca. Tres respiraciones conscientes al día pueden servir para conectar con nuestro “yo interno” e inducirnos a un aura de relax y descanso mental.
La revista Womans Fitness (Septiembre 2015), nos propone los mejores tratamientos de Medicina Estética para sentirte bien, de la mano de Clínicas Mato Ansorena.
Entre ellos, destacan el tratamiento T-shock 31 como un novedoso tratamiento natural no invasivo, que proporciona excelentes resultados. Desde la primera sesión es capaz de reducir un mínimo de 20 cm de volumen corporal total, de este modo se convierte en uno de los tratamientos más efectivos en Medicina Estetica corporal.
Ahora es posible reducir volumen corporal con este nuevo tratamiento T-shock 31, con el que se reduce volumen corporal hasta 20 cm por sesión.
Cuando viene el buen tiempo muchos de nosotros, en mayor o menor medida, nos proponemos empezar a cuidar nuestra alimentación. Pero, ¿sabemos cómo debemos hacerlo de forma correcta ?
Existen estudios que demuestran que 7 de cada 10 españoles consideran que se alimentan de forma correcta. Aunque, este estudio nos dice que el 70% no realiza las 5 comidas que se recomiendan al día y el 90% no hace el desayuno completo o bien no desayuna.
En la mayor parte de los casos, son las mujeres las que muestran unos mejores hábitos de nutrición que los hombres, sobre todo aquellas con hijos menores de 14 años. Habitualmente la falta de planificación es la causa mas frecuente de estos malos hábitos: el 82% de los hogares españoles improvisa el menú de cada semana o bien lo planifica con muy poca antelación. La conclusión: es que los españoles suspendemos en alimentación.
A continuación, os indicamos algunas pautas para llevar una dieta saludable:
1. Desayuno
El desayuno debe incluir 3 grupos de alimentos básicos: un lácteo (un vaso de leche, un yogur…), cereales (panecillo, tostadas, cereales integrales…) y una pieza de fruta o zumo natural.
2. Media mañana y merienda
De las cinco comidas recomendadas, la media mañana y la merienda son las grandes olvidadas. El 44% de los que desayunan no toman nada a media mañana y, por lo tanto, no ingieren ningún alimento durante 6 horas. ¿Los motivos? Un 48% de los que no toman nada a media mañana afirma que no lo hace porque no tiene el hábito, un 35% porque no tiene hambre y un 16% porque no tiene tiempo.
3. Hidratación
Se recomienda beber unos 8 vasos de agua al día, es decir entre 1,5 y 2 litros.
4. ¿Qué comemos?
Frutas y verduras: se recomiendan tres raciones / piezas diarias mínimo.
Legumbres: 2-4 raciones semanales
Carnes: 1 ración semanal de carne roja, 4-5 raciones de carne blanca.
Pescado: 4 raciones semanales
Unidad de Dieta y Nutrición en Clínicas Mato Ansorena
En Clínicas Mato Ansorena contamos con una Unidad especializada en Dieta y Nutrición que puede ayudarte a llevar una dieta y vida saludable.
¿Cómo combatir los kilos durante la menopausia?
Los efectos de la menopausia son numerosos, tanto a nivel físico como emocional o psicológico. Posiblemente uno de los mayores trastornos para las mujeres, es el riesgo de aumentar su peso corporal, y es durante esta etapa cuando el riesgo a coger kilos no da tregua (las mujeres suelen engordar entre 5 y 10 kilos). Sin embargo, llevando a cabo una buena alimentación y realizando ejercicio físico, se podrá mantener la masa muscular y la grasa en niveles adecuados.
¿Por qué engordamos?
En el proceso de la perimenopausia, el cuerpo de la mujer produce menos cantidad de estrógeno y progesterona, que tiene como consecuencia un déficit de estas hormonas ligadas de forma directa con la tendencia a acumular grasa y a perder masa muscular.
Además, durante la menopausia, varios factores inciden en el aumento de peso:
- Desorden endocrino: que favorece la pérdida de masa corporal, junto a una ralentización de la tasa metabólica y la disminución del metabolismo basal.
- Perfil emocional: se impone una tendencia a la ansiedad y a la depresión, que pueden desencadenar en trastornos relacionados con la alimentación.
¿Qué no debe faltar en tu dieta?
Los alimentos ricos en Omega 3, que mejoran los niveles de inflamación celular, las conexiones neuronales y la circulación. Además, son perfectos para combatir la ansiedad y el insomnio. Los alimentos que tienen mayor concentración de Omega 3 son los pescados azules, las nueces y las espinacas.
Los alimentos ricos en vitamina B te ayudarán a conservar y mantener tu memoria, presente en las legumbres y los cereales integrales.
Los alimentos ricos en Vitamina D y en calcio te permitirán mantener la densidad ósea, ya que la pérdida de estrógenos durante la menopausia trae problemas en la absorción de este mineral en los huesos. Los lácteos, las almendras, el brócoli y las espinas son ricos en calcio.
Alimentos ricos en colina, que se encarga entre otras cosas, de regular el sistema nervioso cerebral. Está presente en los ajos, cebollas, berenjenas y cereales integrales.
Sumado a todo ello, la práctica de ejercicio físico te ayudará a mejorar la reparación celular, el funcionamiento mental, e incluso, a conciliar mejor el sueño. La hidratación antes, durante y después de hacer ejercicio es muy importante. No lo olvides, debes beber agua en pequeños sorbos y nunca practicarlo a temperaturas extremas para evitar pérdidas de minerales y electrolitos.
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Alicia duran, decidida a recuperar su figura tras su tercer embarazo, detalla como se sometió a esta intervencion puntera.
«Siempre he sido delgada y con bastante pecho… hasta que fui madre. A mis 38 años , tengo una genética generosa, y sé que incluso parezco más joven. Sin embargo, hace poco menos de un año, tras tener a mi tercer hijo, no tuve más remedio que asumir que definitivamente habia perdido mi figura esbelta y fibrosa. Aunque vestida seguia estando resultona porque usaba mis argucias (iba siempre con faja, usaba sujetadores y bikinis con relleno), sin esas “trampas” ya no era, ni mucho menos, como antes. Mi pecho originalmente una talla 100, habia ido desapareciendo, literalmente, cada vez más tras cada lactancia. Y mi vientre dejó de ser plano para convertirse en una bola flácida, incómoda y antiestética. En definitiva, dejé de sentirme en mi cuerpo para sentirme atrapada en uno ajeno. Este sentimiento se inició después del primer embarazo, se agudizó tras el último parto, lo que me llevó a plantearme – esta vez realmente en serio- recurrir a la cirugia estética de aumento de pecho. Después de los dos primeros embarazos probé diversos tratamientos, pero ya no podia engañarme pensando que mi problema podia solucionarlo en una cabina estética o en el gym. Lo habia intentado todo: hice dietas y ejercicio para rebajar vientre; me gasté una fortuna en sesiones de mesoterapia, electroestimulación, plataforma vibratoria y radiofrecuencia; me aplicaba disciplinadamente cremas reductoras y reafirmantes sin obtener más que una cierta mejora en la apariencia de mi piel. Pero en mi caso eso no era suficiente, asi que me puse a investigar. Me pasé muchas horas delante del ordenador buceando en la red, pero terminaba confusa. Finalmente, y a través de unas amistades, decidi consultar con tres cirujanos de prestigio.»
«Finalmente decidi operarme vientre y pecho con el Dr. Mato Ansorena. Fué una cuestión de piel; hubo feeling desde el primer momento.
Me hizo sentir cómoda en la consulta y no me encontraba intimidada al plantearle mis dudas y temores. Tenia miedo al quirófano, a la anestesia, pero también a los resultados. Primero porque no terminaba de creer del todo que mi vientre- con un michelin colgante que no podia abarcar con toda mi mano- pudiese quedar igual al que tenia antes de mi primer embarazo y, por otro lado, porque, tras las cesáreas, comprobé que tengo tendencia a cicatrizar mal y a desarrollar queloides. Pero el Dr Mato Ansorena me propuso una opción que ni siquiera se me hubiera pasado por la cabeza en la mejor de las fantasias: realizar la doble intervención pero con una sola incision en el abdomen. ¿Cómo? La idea, me explicó, era hacerme una abdominoplastia en la que me coserian la fascia muscular (la fina capa de tejido que cubre los músculos) a izquierda y derecha del ombligo y de arriba hacia abajo, como si fueran las pinzas de un pantalón; después esitrarian la tripa reconstruyendo un ombligo nuevo y cortarian la piel que sobrara. Hasta ahi lo que ya sabia, por mis indagaciones en internet. El siguiente paso, sin embargo , consistia, en vez de hacer incisiones en el pecho para introducir los implantes, en introducirlos desde el abdomen, aprovechando que ya estaba abierta por esa zona. Por ahi harian pasar las prótesis hasta el bolsillo mamario, por debajo del músculo para lograr la naturalidad que yo queria.»
Lo último: cirugia de aumento de pecho y abdominoplastia asociadas con una sola cicatriz.
¿De verdad se podia hacer eso? ¿Por qué, entonces, no es algo que se haga habitualmente si con ello la mujer se ahorra una cicatriz en el pecho?
“Esta no es la via habitual- me dijo el doctor Mato- porque el trayecto hasta llegar a la mama es más largo y mucho más complicado.
Hay que pasar la barrera anatómica- el surco submamario- que es fundamental dejar bien suturado. Si no se cierra bien el bolsillo con puntos de sujeción adicionales se corre el riesgo de que caiga la prótesis. En definitiva- añadió- ésta es una buena solución en casos como el tuyo, en los que la paciente, además de un aumento de mama, desea corregir cicatrices feas de una operación previa- de vesicula, colon, cesárea- o quieren también realizarse una abdominoplastia. Es una alternativa más en cirugias asociadas porque la paciente se evita dos cicatrices”. Pero también es cierto que es un tipo de intervención más laboriosa y complicada, que requiere mucha pericia, mimo y experiencia.
Propuesta aceptada. Pero no queria que quedase nada en el aire, y prácticamente someti al Dr. Mato a un tercer grado sobre tamaños y tipos de prótesis.
Realmente me obsesionaba mucho que el resultado no fuese natural. Queria recuperar la tersura y turgencia perdidas. En cuanto al tamaño, volver a la talla 100 de mi juventud no era tanto una prioridad. De hecho de adolescente llegué a tener incluso complejo de mucho pecho. Con esta intervención no buscaba ni ser la más sexy ni presumir de un escote voluptuoso. No va con mi forma de ser. Sin embargo, el Dr. Mato me contó que no le gustaba cerrar en consulta el tamaño del las prótesis. Generalmente, preferia- teniendo clara las expectativas y el estilo de vida de la paciente -, y previo consentimiento informado- llevar al quirófano tres tipos de prótesis y probar insitu cuál o quedaba mejor. De hecho, en mi caso, terminó poniendo un pelin más de lo que en principio pensábamos. El motivo era que, al haber tenido bastante pecho antes, mi bolsillo era grande y, aunque ahora se habia vaciado la glándula mamaria habia que rellenar ese espacio. La solución fue una prótesis que rellenara el hueco superior – totalmente plano- y el resultado, ejecutado de forma submuscular, absolutamente armónica. De hecho, aunque utilice escotes pronunciados, nadie “sospecha” de su total naturalidad. Aún no puedo creer que me haya liberado de las fajas y de los rellenos. Estoy feliz y es cierto que, aunque tuve algún momento de debilidad en el que me planteé dar marcha atrás, ahora no me arrepiento de mi decisión.
No quiero tampoco que se piense que esto fue un camino de rosas. El postoperatorio se hizo realmente lento. Curas cada cuatro dias para hacer un seguimiento de la cicatrización, y dos semanas andando encorvada porque me tiraban y dolian los puntos de la cicatriz abdominal. No podia sostener al mi bebé, y coger un plato del estante de la cocina era un odisea… Además, tuve que llevar una faja que me comprimia desde la rodilla hasta debajo del pecho, con tres niveles de cierre que iba apretando a medida que me deshinchaba. Del pecho, por el contrario, no me enteré, porque no tenia puntos. Y, a pesar de la cicatriz del abdomen- antes tenia los queloides de las cesareas- me vualvo a sentir plenamente identificada con mi cuerpo.