Javier Mato Ansorena – Cirujano Estético. Clínica La Luz
El Dr. Javier Mato Ansorena, especialista en cirugía plástica, reparadora y estética, trabaja en la Clínica La Luz de Madrid.
Según ha explicado, el proceso de envejecimiento facial debe abordarse de forma precoz, cuando la paciente llega a los 40 años, ya que los expertos consideran que así será más fácil conseguir unos resultados óptimos y evitar tratamientos más agresivos años más tarde, cuando las arrugas de la cara se multiplican y se hacen cada vez más profundas.
Además, ha recordado que en este campo se están produciendo cambios importantes porque antes «todo se solucionaba con el ‘lifting'», lo que provocaba un efecto de «cara aplastada» que ahora se está superando gracias a la combinación de esta técnica quirúrgica con la creación de volúmenes y la elevación de los tejidos profundos de la cara, «todo ello en el marco de un abordaje cada vez más temprano». De hecho, asegura, el momento ideal para empezar a actuar es cuando la paciente llega a los 38-40 años, ya que es cuando el óvalo de la cara empieza a perder forma. «Si actuamos entonces, mediante una sencilla intervención ambulatoria de hora y media, conseguimos unos muy buenos resultados que nos permiten, diez años después, abordar el envejecimiento facial a través de un tratamiento mucho menos agresivo y que, sin embargo, permite a la persona mantener una expresión mucho más natural. Si empezamos de cero a los 50 años y las arrugas son profundas el asunto tiene ya difícil solución», ha aseverado.
En el caso de los pacientes varones, que suelen ser minoría en esta disciplina (en torno a un 10-15% de los casos), la situación es diferente, ya que la barba permite reafirmar más los tejidos y por consiguiente tienen menores niveles de flacidez facial. Con el fin de lograr reponer el volumen perdido, los especialistas recurren al ‘botox’ y a los microtransferencia de grasa de la cara y otras zonas del cuerpo, si bien se trata de técnicas que requieren ser llevadas a cabo por especialistas con la pericia suficiente ya que pueden causar rechazo y efectos indeseados.
Asimismo, el especialista cree que médico y paciente deben coincidir en los resultados para evitar consecuencias indeseadas como el temido efecto ‘pillow face’ o cara de almohada, tan frecuente en algunas celebridades que han abusado de esta sustancia para mantener una apariencia joven más allá de lo razonable. «El exceso de ‘botox’ nos puede quitar la expresión y la naturalidad, por eso es importante no abusar», insiste.
En cuanto a la microtransferencia de grasa, el doctor Mato considera que abre un horizonte lleno de posibilidades, tal como están poniendo de relieve los últimos estudios. Uno de ellos, ha explicado Mato Ansorena, es el reciente descubrimiento de que pequeños depósitos de grasa en la cara ha mejorado las posibilidades de restaurar el volumen facial y rejuvenecer la cara actuando al mismo tiempo sobre el sistema músculo-aponeurótico (músculos profundos faciales profundos).
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