Contractura capsular: qué es, síntomas, tipos y tratamiento
Este procedimiento es el más solicitado en cirugía plástica y ha sido una experiencia transformadora para muchas mujeres.
Sin embargo, la contractura capsular se mantiene como un tema de debate y preocupación, a menudo rodeado de controversia y malentendidos.
¿Qué es una contractura capsular?
La formación de una cápsula alrededor de un implante mamario es una reacción natural del cuerpo; sin embargo, cuando esta cápsula se endurece y contrae de manera anormal, presionando el implante, se produce lo que conocemos como contractura capsular.
Este fenómeno puede describirse como la existencia de una «cápsula patológica», aunque el término más comúnmente aceptado es «contractura capsular».
Es importante señalar que todos los implantes mamarios generan una cápsula cicatricial que se adapta a la forma del implante, conocida como «cápsula periprotésica», lo que significa que el encapsulamiento ocurre en todos los aumentos de pecho.
¿Cuándo y por qué se produce?
La contractura capsular puede ocurrir en cualquier momento después de la cirugía, siendo posible una manifestación precoz relacionada con procesos infecciosos o hemorrágicos, o una aparición tardía cuya causa exacta aún no se conoce completamente.
Se han sugerido factores como el tabaquismo y la genética, aunque la evidencia científica es limitada.
Las variables que han demostrado reducir el riesgo incluyen la textura del implante, siendo menor en implantes rugosos o microtexturados, y la colocación del implante detrás del músculo pectoral.
Tipos de encapsulamiento
La escala de Baker clasifica el grado de contractura capsular de I a IV:
- Grado I: Cápsula normal, sin alteraciones en el tacto o la forma del implante.
- Grado II: Endurecimiento de la cápsula sin deformación del implante.
- Grado III: Endurecimiento con deformación del implante.
- Grado IV: Presencia de dolor, indicando un grado severo de contractura.
- Los grados III y IV suelen requerir intervención quirúrgica.
Síntomas de una contractura capsular
El reconocimiento temprano de los síntomas de la contractura capsular es clave para un tratamiento efectivo.
Más allá de los signos evidentes durante las revisiones postoperatorias, es importante que las pacientes estén informadas sobre qué observar en el período de recuperación y más allá.
Los cambios en la morfología de la mama pueden incluir un aspecto anormalmente redondeado, elevación del pecho o asimetría no presente antes de la cirugía.
La dureza es otro síntoma crítico; mientras que un cierto grado de firmeza es normal inmediatamente después de la cirugía, una sensación de endurecimiento progresivo puede ser indicativo de contractura capsular.
Además, la aparición de molestias, sensibilidad o dolor —particularmente si estos síntomas surgen repentinamente después de un periodo de recuperación sin incidentes— debe ser motivo de consulta inmediata con el cirujano.
Estos síntomas pueden variar en intensidad, desde leves hasta severos, y pueden afectar tanto la comodidad física como la satisfacción estética de la paciente.
Cómo tratarla
El tratamiento de la contractura capsular debe ser personalizado, basándose en la severidad de los síntomas y el grado de contractura.
En los casos más leves, se puede recomendar la administración de medicación antiinflamatoria para aliviar el dolor y reducir la inflamación.
También pueden sugerirse masajes mamarios y ejercicios específicos para ayudar a mantener la flexibilidad del tejido alrededor del implante.
Para casos más severos, donde hay un cambio significativo en la forma de la mama, dolor persistente o ambos, la intervención quirúrgica puede ser la mejor opción. Esto puede incluir la remoción de la cápsula cicatricial (capsulectomía) o el reemplazo del implante.
En algunos casos, se puede optar por modificar la técnica quirúrgica original, como cambiar la ubicación del implante de subglandular a submuscular, para reducir la posibilidad de recurrencia.
Seguir meticulosamente las recomendaciones postoperatorias, como el uso de un sostén de soporte y evitar ciertas actividades físicas, es crucial para la recuperación y para minimizar el riesgo de complicaciones futuras.
¿Se puede prevenir?
Aunque no se puede garantizar la prevención total de la contractura capsular, adoptar medidas proactivas puede significativamente reducir el riesgo.
La elección de un cirujano plástico con experiencia y un historial comprobado de resultados exitosos es el primer paso crucial.
Los profesionales calificados están familiarizados con las técnicas quirúrgicas que minimizan la manipulación del tejido mamario y reducen la exposición a bacterias, ambos factores asociados con el desarrollo de contractura capsular.
Además, la decisión sobre el tipo y la superficie del implante, así como su ubicación (sobre o debajo del músculo), debe tomarse considerando tanto las preferencias de la paciente como las recomendaciones médicas basadas en minimizar el riesgo de contractura.
El seguimiento riguroso de los cuidados postoperatorios, especialmente en las primeras semanas después de la cirugía, es esencial para una curación óptima y para prevenir la formación de cápsulas patológicas.
En Dr. Mato Ansorena, comprendemos la importancia de sentirse segura y satisfecha con los resultados de su mamoplastia de aumento o reconstrucción.
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