Estimado Dr Mato,
Le remito este mensaje, en primer lugar para agradecerle el resultado de mi intervención, así como el trato recibido en todo momento, y en segundo lugar para que tenga constancia del cambio que ha supuesto en mi vida.
Quizás en ocasiones se frivoliza con el hecho de someterse a intervenciones quirúrgicas voluntarias, no obstante en infinidad de casos, como el mío, las vinculaciones psicológicas y sociales se encuentran soterradas bajo la apariencia de una búsqueda de mejora meramente estética.
Tengo 27 años, y tras varios años sopesando interiormente la decisión de someterme a una rinoplastia, ya que nunca había comentando a nadie el hecho de querer corregir mi nariz, finalmente a principios de este año decidí que habiendo opciones para ello, podía proponerme el cambio.
Durante mucho tiempo he mantenido una postura férrea y de total confianza frente al complejo que me planteaba mi perfil. Siempre he sido una persona de gran carácter, al menos de cara a la galería, y sobre todo ante las personas importantes en mi vida, no obstante, mi perfil ha afectado, a pesar de lo que pueda pensarse, a multitud de decisiones que he debido tomar e incluso al modo de enfrentarme a diferentes situaciones sociales que se han producido en mi vida.
Una vez tomada la decisión de someterme a la intervención, lo cual de por sí ha sido un proceso largo en cuanto a la consolidación de ideas, conceptos y expectativas, llega el momento de enfrentarse al preoperatorio y a la operación. El hecho de entrar en quirófano es lo que siempre me ha supuesto un total respeto y el motivo de haber superado el miedo al quirófano es la búsqueda de la mejoría en mi perfil. Le agradezco infinitamente la atención que he recibido. El modo en que me ha tratado quedará grabado en mi memoria, agradeciéndole desde la primera consulta, pasando por los 5 minutos anteriores a mi adormecimiento por la anestesia general, hasta la retirada de la escayola y consultas posteriores. He de decirle que el postoperatorio, a pesar de la incomodidad que supone el tener que respirar por la boca, ha sido total y absolutamente llevadero, más aún estando tan motivada por el increíble resultado de la operación. No podré olvidar la plenitud, alegría y tranquilidad que me supuso poder comprobar los resultados estéticos de la operación, y por ende los resultados que implícitamente también se reflejarán en mi actitud, ya que aunque efectivamente el carácter y la forma de ser de la persona no varían, sí que mejoran de modo absolutamente notable la autoestima, la seguridad y el concepto que tengo de mí misma y de mi apariencia.
Apenas ha transcurrido una semana desde la intervención, pero estoy FELIZ, encantada y casi ni puedo creer el resultado de la operación, mi nueva nariz en preciosa y ya no tengo molestias. Día a día compruebo la mejoría en referencia a la hinchazón, los hematomas han desaparecido prácticamente y el resultado es increíble.
Es un paso sobre el que debe recapacitarse profundamente, pero que sin duda alguna recomendaría ante cualquier persona que se encuentre en mi situación.
Infinitas gracias por todo,
Un enorme abrazo.