Tratamientos faciales para preparar la piel de cara al verano
Primeramente, vamos a hablar de un término que cada vez escuchamos con más frecuencia: exposoma. Este concepto se trata de un término acuñado en 2005 por el científico Christopher P. Wild, director de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer. Define exposoma como el conjunto de factores de exposición a los que está sometida una persona desde el momento de su concepción hasta que muere y entre los que se podrían nombrar la radiación solar, las sustancias químicas, los cambios de temperaturas, el estrés, la alimentación, la contaminación, alérgenos, tóxicos… entre otros. Podemos resumir afirmando que somos en gran medida el resultado de Genoma + Exposoma.
Factores que aceleran el envejecimiento de la piel
En relación con la radiación solar, no solo la luz ultravioleta nos envejece, también lo hace la luz infrarroja y la luz azul artificial que desprenden las pantallas de los dispositivos. Algunas investigaciones evidencian que las personas que no utilizan fotoprotección solar diaria envejecen un 24% más que aquellas que sí lo utilizan.
Con respecto a la polución, existe una relación demostrada entre la contaminación ambiental y el envejecimiento de la piel. A más exposición a partículas pequeñas, niveles de dióxido de nitrógeno y niveles altos de ozono, mayor número de manchas en la piel y formación de arrugas.
El tabaco deteriora la formación de fibroblastos e induce el daño por estrés oxidativo, inhibiendo la defensa antioxidante del cuerpo, lo que puede estar involucrado en el proceso de envejecimiento.
Cabe destacar que la alimentación tiene un impacto importante en el proceso de envejecimiento; una dieta rica en antioxidantes puede retrasar los efectos de la vejez al igual que evitar una ingesta excesiva de alcohol. Se ha comprobado que una ingesta rica de verduras, aceite de oliva y legumbres parece ser un factor protector frente al envejecimiento. En cambio, una dieta rica en carne, productos lácteos y mantequilla parece ser perjudicial. También se ha visto que consumir mucho azúcar está asociado con la presencia de un aumento de arrugas, ya que mediante la glicación destruye directamente el colágeno.
Tratamientos faciales para verano
A continuación, os proponemos algunas opciones de tratamientos faciales para verano que nos ayudan a mantener y prevenir los signos del envejecimiento provocados por el exposoma.
- Los peelings químicos siguen siendo una maravillosa opción para tratar manchas, poros, cicatrices, e inclusive como coadyuvante al melasma. Además, mejora la calidad de la piel aportando una mayor luminosidad a nuestro rostro.
- El Restylane skinboosters, un concepto innovador que nos aporta una hidratación profunda desde el interior para mejorar la calidad de la piel. Es un ácido hialurónico estabilizado, indicado para restaurar el equilibrio hídrico de la piel, así como mejorar su estructura y elasticidad. Además, previene la flacidez ya que estimula la formación de colágeno. Se suelen realizar 3 sesiones mensuales y un recordatorio a los 6 meses.
- El tratamiento con toxina botulínica tipo A (bótox) es uno de los tratamientos más consolidado, estudiado y seguro en medicina estética. Con esta sustancia logramos no sólo tratar las arrugas de expresión, sino aportar al rostro una mirada más relajada. El efecto empieza a apreciarse entre las 24-48h post tratamiento y la acción se completa en torno a los 15 días. La duración del efecto varía en función de cada paciente pero por lo general el músculo recupera su actividad a los 3-6 meses.
- La radiofrecuencia médica gracias al aumento de temperatura interna de la dermis se produce la contracción de colágeno y se favorece su reparación, logrando resultados óptimos a través de la combinación de varias tecnologías y así conseguir un rejuvenecimiento de la piel.
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