Yo Dona – Octubre 2010 – Descargar .pdf con reportaje original

Como tratar este problema sin cirugias agresivas: miniflebectomía

Hoy ya no hace falta recurrir a una cirugia agresiva pare tratar las varices. En las Clinicas Mato Ansorena de Madrid y Sevilla se apuesta por la miniflebectomia, que «consiste en realizar de 3 a 4 microincisiones (de un milimetro) paralelas a la vena afectada, pare luego extraer esta a traves de dichos cortes», explican desde el centro.

Ventajas de la miniflebectomía respecto al método clásico

Entre otras, que la miniflebectomia se realiza con anestesia local y permite que el paciente pueda caminar sólo dos hores después de la intervención.

Por otro lado. las arañas vasculares menos graves (que sólo implican un problema estético) tienen una solución mucho más sencilla: se tratan únicamente con láser.

Se requieren entre una y tres sesiones y los resultados se aprecian al cabo de dos meses.

El tratamiento es algo molesto. pero sólo mientras se está aplicando el láser; luego las únicas precauciones que hay que tomar son las de aplicarse una crema anti-inflamatoria y ‘llevar medias de compresión durante unos dias.

 ABC Salud – Octubre 2010 

La rinoplastia es la intervención quirúrgica que corrige las malformaciones estéticas de la nariz disminuyendo o aumentando su tamaño, cambiando la forma de la punta o el dorso, el ángulo entre la nariz y el labio, o estrechando los orificios nasales para dar armonía al rostro.

abc-salud-octubre-2008-1-Rinoplastia-y-rinomodelación-siempre-en-manos-expertasCuando esta técnica busca la solución a problemas respiratorios o traumatismos se denomina rinoseptoplastia. Dependiendo de la complejidad de la intervención puede hacerse bajo anestesia local más sedación, o lo que es más frecuente, bajo anestesia general.

Días antes de la operación el cirujano someterá al paciente a un examen preoperatorio completo y consentimiento informado.

Rinoplastia cerrada

En la rinoplastia cerrada, por vía intranasal, el cirujano aborda la nariz a través de incisiones internas, de forma que no queda cicatriz externa visible. Cortando y modelando los huesos y cartílagos se obtiene la forma deseada. En ocasiones se efectúan además pequeñas incisiones en la base de los orificios nasales para estrecharlos.

Rinoplastia abierta

La técnica de rinoplastia abierta levanta la piel dejando cartílagos y nariz expuestos lo que permite al cirujano un abordaje más preciso, incluso en estos casos la cicatriz es imperceptible.

Tras la intervención, que dura entre 1 y 2 horas, se coloca una escayola. abc-salud-octubre-2008-2-Rinoplastia-y-rinomodelación-siempre-en-manos-expertas

Para el Dr. Javier Mato Ansorena, Director de las clínicas que llevan su nombre, cirujano plástico de la Clínica La Luz de Madrid, y uno de los especialistas españoles con mayor proyección internacional “hoy en día la rinoplastia es una de las intervenciones de cirugía plástica más seguras y que dan una mayor satisfacción a los pacientes por sus buenos resultados”. La vuelta a la vida normal se hará al cabo de unos siete días, evitando practicar deporte y ejercicios violentos.

Rinoplastia: La importancia de la naturalidad de los resultados

La rinoplastia persigue que la nueva nariz no llame la atención y se integre plenamente en la cara consiguiendo la armonía facial y respetando las proporciones.

En opinión del Dr. Javier Mato Ansorena es imprescindible tener en cuenta los ángulos ideales para que la nariz no sea demasiado larga o dominante, o demasiado corta como la de una muñeca.

Rinomodelación con ácido hialurónico

Para pequeñas modificaciones, como alargar o elevar la punta y contornear o corregir defectos e irregularidades nasales, puede recurrirse a la rinomodelación con ácido hialurónico, una sustancia presente de forma natural en el organismo, y perfectamente compatible con el tejido cutáneo. Sus efectos son prolongados aunque no permanentes, ya que el producto se va degradando de forma natural.

 Vogue – Marzo 2012 Descargar .pdf con reportaje original revista.

Alicia duran, decidida a recuperar su figura tras su tercer embarazo, detalla como se sometió a esta intervencion puntera.

«Siempre he sido delgada y con bastante pecho… hasta que fui madre. A mis 38 años , tengo una genética generosa, y sé que incluso parezco más joven. Sin embargo, hace poco menos de un año, tras tener a mi tercer hijo, no tuve más remedio que asumir que definitivamente habia perdido mi figura esbelta y fibrosa. Aunque vestida seguia estando resultona porque usaba mis argucias (iba siempre con faja, usaba sujetadores y bikinis con relleno), sin esas “trampas” ya no era, ni mucho menos, como antes. Mi pecho originalmente una talla 100, habia ido desapareciendo, literalmente, cada vez más tras cada lactancia. Y mi vientre dejó de ser plano para convertirse en una bola flácida, incómoda y antiestética. En definitiva, dejé de sentirme en mi cuerpo para sentirme atrapada en uno ajeno. Este sentimiento se inició después del primer embarazo, se agudizó tras el último parto, lo que me llevó a plantearme – esta vez realmente en serio- recurrir a la cirugia estética de aumento de pecho. Después de los dos primeros embarazos probé diversos tratamientos, pero ya no podia engañarme pensando que mi problema podia solucionarlo en una cabina estética o en el gym. Lo habia intentado todo: hice dietas y ejercicio para rebajar vientre; me gasté una fortuna en sesiones de mesoterapia, electroestimulación, plataforma vibratoria y radiofrecuencia; me aplicaba disciplinadamente cremas reductoras y reafirmantes sin obtener más que una cierta mejora en la apariencia de mi piel. Pero en mi caso eso no era suficiente, asi que me puse a investigar. Me pasé muchas horas delante del ordenador buceando en la red, pero terminaba confusa. Finalmente, y a través de unas amistades, decidi consultar con tres cirujanos de prestigio.»

«Finalmente decidi operarme vientre y pecho con el Dr. Mato Ansorena. Fué una cuestión de piel; hubo feeling desde el primer momento.

vogue-marzo-2012-2-aumento-de-pecho-senos-mamas-mamoplasia-abdominoplastia-madrid-sevilla-huelva

Me hizo sentir cómoda en la consulta y no me encontraba intimidada al plantearle mis dudas y temores. Tenia miedo al quirófano, a la anestesia, pero también a los resultados. Primero porque no terminaba de creer del todo que mi vientre- con un michelin colgante que no podia abarcar con toda mi mano- pudiese quedar igual al que tenia antes de mi primer embarazo y, por otro lado, porque, tras las cesáreas, comprobé que tengo tendencia a cicatrizar mal y a desarrollar queloides. Pero el Dr Mato Ansorena  me propuso una opción que ni siquiera se me hubiera pasado por la cabeza en la mejor de las fantasias: realizar la doble intervención pero con una sola incision en el abdomen. ¿Cómo? La idea, me explicó, era hacerme una abdominoplastia en la que me coserian la fascia muscular (la fina capa de tejido que cubre los músculos) a izquierda y derecha del ombligo y de arriba hacia abajo, como si fueran las pinzas de un pantalón; después esitrarian la tripa reconstruyendo un ombligo nuevo y cortarian la piel que sobrara. Hasta ahi lo que ya sabia, por mis indagaciones en internet. El siguiente paso, sin embargo , consistia, en vez de hacer incisiones en el pecho para introducir los implantes, en introducirlos desde el abdomen, aprovechando que ya estaba abierta por esa zona. Por ahi harian pasar las prótesis hasta el bolsillo mamario, por debajo del músculo para lograr la naturalidad que yo queria.»

Lo último: cirugia de aumento de pecho y abdominoplastia asociadas con una sola cicatriz.

¿De verdad se podia hacer eso? ¿Por qué, entonces, no es algo que se haga habitualmente si con ello la mujer se ahorra una cicatriz en el pecho?

“Esta no es la via habitual- me dijo el doctor Mato- porque el trayecto hasta llegar a la mama es más largo y mucho más complicado.

Hay que pasar la barrera anatómica- el surco submamario- que es fundamental dejar bien suturado. Si no se cierra bien el bolsillo con puntos de sujeción adicionales se corre el riesgo de que caiga la prótesis. En definitiva- añadió- ésta es una buena solución en casos como el tuyo, en los que la paciente, además de un aumento de mama, desea corregir cicatrices feas de una operación previa- de vesicula, colon, cesárea- o quieren también realizarse una abdominoplastia. Es una alternativa más en cirugias asociadas porque la paciente se evita dos cicatrices”. Pero también es cierto que es un tipo de intervención más laboriosa y complicada, que requiere mucha pericia, mimo y experiencia.

Propuesta aceptada. Pero no queria que quedase nada en el aire, y prácticamente someti al Dr. Mato a un tercer grado sobre tamaños y tipos de prótesis.

Realmente me obsesionaba mucho que el resultado no fuese natural. Queria recuperar la tersura y turgencia perdidas. En cuanto al tamaño, volver a la talla 100 de mi juventud no era tanto una prioridad. De hecho de adolescente llegué a tener incluso complejo de mucho pecho. Con esta intervención no buscaba ni ser la más sexy ni presumir de un escote voluptuoso. No va con mi forma de ser. Sin embargo, el Dr. Mato me contó que no le gustaba cerrar en consulta el tamaño del las prótesis. Generalmente, preferia- teniendo clara las expectativas y el estilo de vida de la paciente -, y previo consentimiento informado- llevar al quirófano tres tipos de prótesis y probar insitu cuál o quedaba mejor. De hecho, en mi caso, terminó poniendo un pelin más de lo que en principio pensábamos. El motivo era que, al haber tenido bastante pecho antes, mi bolsillo era grande y, aunque ahora se habia vaciado la glándula mamaria habia que rellenar ese espacio. La solución fue una prótesis que rellenara el hueco superior – totalmente plano- y el resultado, ejecutado de forma submuscular, absolutamente armónica. De hecho, aunque utilice escotes pronunciados, nadie “sospecha” de su total naturalidad. Aún no puedo creer que me haya liberado de las fajas y de los rellenos. Estoy feliz y es cierto que, aunque tuve algún momento de debilidad en el que me planteé dar marcha atrás, ahora no me arrepiento de mi decisión.

No quiero tampoco que se piense que esto fue un camino de rosas. El postoperatorio se hizo realmente lento. Curas cada cuatro dias para hacer un seguimiento de la cicatrización, y dos semanas andando encorvada porque me tiraban y dolian los puntos de la cicatriz abdominal. No podia sostener al mi bebé, y coger un plato del estante de la cocina era un odisea… Además, tuve que llevar una faja que me comprimia desde la rodilla hasta debajo del pecho, con tres niveles de cierre que iba apretando a medida que me deshinchaba. Del pecho, por el contrario, no me enteré, porque no tenia puntos. Y, a pesar de la cicatriz del abdomen- antes tenia los queloides de las cesareas- me vualvo a sentir plenamente identificada con mi cuerpo.

La más demandada es la cirugía facial, seguida del aumento de pecho (mamoplastia), la cirugía de párpados (blefaroplastia), la nariz (rinoplastia) y la abdominoplastia – Nueve de cada diez son mujeres

España sigue siendo el país de la Unión Europea donde más intervenciones de cirugía estética se realizan anualmente, donde la cirugía facial es la más demandada (41,6%) al estar compuesta por diferentes intervenciones como, la blefaroplastia (párpados) o la rinoplastia.

La Liposucción: la cirugía estética más demandada por ambos sexos

No obstante, al analizar los datos de forma individual, la liposucción, que permite un remodelado de la silueta mediante la extracción de grasa o el tejido adiposo, es la más solicitada por ambos sexos. A esta intervención de cirugía plástica, le siguen el aumento de pecho (mamoplastia), la cirugía de párpados (blefaroplastia), de la nariz (rinoplastia) y la abdominoplastia.

Las mujeres prefieren la liposucción y el aumento de pecho, los hombres cirugía facial (orejas, nariz y párpados)